La dislexia y
el aprendizaje

Comprendiendo la dislexia

¿Qué es la dislexia?

La dislexia es una condición neurobiológica que afecta la manera en que las personas procesan el lenguaje escrito. No tiene relación con la inteligencia ni con la motivación por aprender; se manifiesta principalmente en la precisión, fluidez y comprensión lectora.

Las investigaciones neurológicas demuestran que existen diferencias en la activación de las áreas cerebrales vinculadas al procesamiento fonológico y visual, lo que hace que la lectura sea más lenta, fatigante o confusa para quienes la experimentan.

Desde la educación, la dislexia se reconoce como una forma distinta de aprender. No es un defecto que se deba corregir, sino una manera diferente de decodificar y organizar el lenguaje.

Esta comprensión ha dado origen a un cambio de enfoque: pasar del paradigma del déficit al paradigma de la neurodiversidad, que entiende las diferencias cognitivas como parte natural de la variabilidad humana.

Sin embargo, el sistema escolar chileno aún se rige por parámetros uniformes de enseñanza y evaluación. La lectura sigue siendo medida principalmente por la velocidad y la precisión oral, dejando en segundo plano la comprensión profunda.

En consecuencia, muchos estudiantes con dislexia son etiquetados como «lentos» o «desmotivados», cuando en realidad enfrentan materiales y métodos que no se ajustan a su forma de procesar la información.

Clasificaciones de la dislexia

Aunque la dislexia se manifiesta de manera distinta en cada persona, las investigaciones han identificado varios tipos según los procesos cognitivos que se ven más afectados. Esta clasificación no busca etiquetar, sino comprender mejor las necesidades de apoyo de cada lector:

Dislexia evolutiva: aparece desde las primeras etapas del desarrollo sin una causa aparente.
Las dificultades lectoras no se explican por falta de enseñanza, desinterés o discapacidad intelectual, sino por diferencias en el procesamiento del
lenguaje escrito.

Dislexia adquirida: se origina a consecuencia de una lesión cerebral o daño neurológico que afecta las rutas lectoras previamente desarrolladas, provocando la pérdida o alteración de habilidades lectoras antes consolidadas.










Dislexia fonológica: dificultad para reconocer los sonidos que componen las palabras y relacionarlos con sus letras. Las personas pueden leer palabras conocidas con mayor facilidad, pero presentan errores al enfrentarse a términos nuevos.

Dislexia superficial: afecta el reconocimiento visual de las palabras. Las personas dependen más de la lectura fonética y suelen cometer errores con palabras irregulares o excepciones ortográficas.

Dislexia mixta o profunda: combina rasgos de las anteriores. Se observan dificultades tanto en la conversión sonido-letra como en el reconocimiento visual global, afectando la precisión y la comprensión lectora.

Dislexia visual o atencional: vinculada a la percepción y organización espacial de las letras. Pueden confundirse posiciones o invertirse letras (por ejemplo, «b» y «d»), lo que complica la decodificación visual.

Trastornos «dis»

La dislexia puede coexistir con otros trastornos del desarrollo o del lenguaje. Dentro de este conjunto, existe un grupo conocido como trastornos «dis», ya que éstos empiezan con el prefijo «dis».

Estos reúnen diversas condiciones de origen neurobiológico que afectan procesos como la escritura, el habla, la coordinación o la memoria.


Integración educativa

Hablar de integración no es hablar de adaptaciones temporales, sino de transformar la estructura para que todos puedan participar en igualdad de condiciones, mientras la inclusión busca que las personas se adapten a un entorno ya definido, la integración exige rediseñar ese entorno desde su origen, de modo que contemple las distintas formas de leer, pensar y aprender.

En Chile, la Ley N.º 20.845 de Inclusión Escolar establece que todos los estudiantes deben tener garantizado su acceso, aprendizaje y participación. Sin embargo, su implementación en el caso de la dislexia sigue siendo limitada. Muchos establecimientos carecen de materiales accesibles, formación docente específica o estrategias evaluativas flexibles.

La igualdad declarada en la ley no siempre se traduce en igualdad real de oportunidades.

Integrar verdaderamente significa comprender que
la diversidad cognitiva no debe adaptarse a la norma, sino formar parte de ella.


Fundación DISFAM:
una red para comprender
y acompañar

La Fundación Dislexia y Familia (DISFAM) trabaja desde 2002 para visibilizar la dislexia y acompañar a las familias
y profesionales de habla hispana.

Su labor ha sido fundamental en la creación de leyes, programas educativos y campañas de sensibilización que promueven una comprensión justa e inclusiva de las diferencias en el aprendizaje.

Dixelias reconoce su contribución como una referencia
esencial en la construcción de entornos accesibles y
empáticos, y agradece profundamente su colaboración
durante la elavoración de este proyecto.


La colaboración entre el diseño, la educación y las
comunidades disléxicas es lo que permite avanzar
hacia un entorno donde
la dislexia sea comprendida,
acompañada y no juzgada.

Testimonios

La dislexia no es el problema, el problema es el entorno que no considera las necesidades disléxicas.

«A medida que más nos hacían leer en el colegio, más me frustraba la lectura. Releía líneas enteras porque se me confundían y, cuando terminaba el párrafo que estaba leyendo, me daba cuenta que no entendí nada y que tenía que leer todo de nuevo. Fue un calvario»


– Ignacia, 27 años





«En mi trabajo debo ver números muy largos, tanto de códigos de productos como sus precios. Incluso las pocas veces que ponen puntos en los precios, sigue siendo muy difícil leer bien los números. Una compañera siempre me dice que es fácil, que no entiende por qué me cuesta tanto»

– Javier, 34 años



«En el colegio siempre me atraso. Muchas veces no alcanzo a copiar de la pizarra antes de que la profe borre y después tengo que estar pasando la materia de los cuadernos de mis compañeros al mío, además de que para estudiar también se me hace difícil. Tengo que dedicarle más tiempo al colegio que a lo que me gusta porque me cuesta mucho el colegio»

– Gabriela, 13 años

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Según origen

Según manifestación cognitiva

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Conocer la dislexia es esencial, tanto si la tienes como si no. La falta de información genera prejuicios: se confunde la dificultad con falta de esfuerzo o capacidad. La dislexia no es un problema de inteligencia, sino una forma distinta de procesar el lenguaje.

Comprenderla permite construir un entorno realmente accesible, donde el error no esté en la persona, sino en el diseño que no la considera.

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En la práctica, estas categorías suelen superponerse.
Cada lector disléxico presenta un perfil único, determinado por factores neurológicos, lingüísticos, educativos y emocionales.

Por eso, no existe una única forma de
vivir la dislexia, sino que hay múltiples maneras de experimentarla y comprenderla.